Ezequiel 37:11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 37:12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 37:13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 37:14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.
Israel estaba en el exilio en Babilonia. Nabucodonosor había conquistado Jerusalén y llevado presos a sus habitantes, destruyó el Templo de Jehová y quemó la ciudad. Era una destrucción terrible la que había acontecido.
En ese ambiente de desesperación se levanta Ezequiel, un hombre llamado por Dios para llevar un mensaje de juicio, reprensión y esperanza para la nación judía. El Señor lo lleva a través de una visión muy conocida y le muestra algo que sigue siendo maravilloso hasta este día.
Jehová le muestra un valle lleno de huesos secos, muertos, sin vida. Un ambiente de luto y dolor. La muerte se respiraba en el aire. Y Ezequiel no sabía que tenía Dios con esto, pero de repente Dios le manda que profetice a los huesos que vivan, y el lo hace y ellos comienzan a tener vida. Luego Dios le dice que profetice al espíritu y que los cuerpos ya formados cobren vida. Ezequiel lo hace y estos viven nuevamente.
El mensaje es este: puede que la condición en la que se encuentre una persona pueda ser inclusive terminal. Dios es el Mismo y es Dios sobre lo imposible. No importa la condición del hombre, Dios es capaz de restaurar las vidas.
Y no solo espiritualmente Dios puede dar restauración. El es capaz de restaurar matrimonios, hogares enteros, trabajos, salud, sentimientos, incluso la economía de cualquiera que comienze a declarar con fe las Palabras de Dios para sus vidas.
El asunto es simplemente tener FE. Dios ha prometido tantas bendiciones para Sus Hijos, y solamente debemos de tener en cuenta que si Dios ya lo prometió, El lo cumplirá. Este es un tiempo en el que puedes ser restaurado, si así lo deseas.
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