Eclesiastés 3:1-9 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
Creo que nuestros lectores se preguntarán, ¿qué ha pasado con mensajes y estudios? La verdad es que a lo largo de este "receso" forzado, hemos tenido tiempo de analizar una verdad, en la cual lastimosamente los seres humanos cometemos una y otra vez.
Al igual que todo el mundo, los cristianos también somos personas comunes y corriente. Tenemos necesidades que deben ser suplidas, y trabajamos o estudiamos, o apartamos tiempo para luchar por nuestros sueños, ambiciones y deseos, siempre y cuando estos no interfieran en la Voluntad de Dios.
Ahora bien, los seres humanos caemos facilmente en un problema que el mismo Jesús condena: "EL AFAN". El afan es uno de los problemas que agobia al ser humano de la acrtualidad. Si bien es cierto vivimos en un mundo de adelantos tecnológicos, grandes ciudades y procesos industriales mecanizados, la vida de hoy es una vida acelerada la cual es imposible vivirla en 24 horas.
Muchos estudiamos o trabajamos, o simplemente hacemos "tiempo para nosotros". EL afán demuestra nuestra desconfianza hacia Dios, puesto que al intentar nosotros hacer todas las cosas, no dependemos de Dios y caemos en el olvido de El, dejándolo en último lugar, después de todo lo que tengo que hacer.
Esta postura la hemos vivido todos los seres humanos. ¿No es cierto que hemos dejado de asistir a un culto por nuestro trabajo, estudio o familia? ¿Cuántas veces hemos dicho: "NO tengo tiempo para orar, leer la Biblia, ayunar o vigilar"? ¿No hemos dicho "Es que Dios sabe que..."?
Creo que Dios debe ser numero UNO en nuestras vidas. Y ahora, publicamente y a nivel mundial, pedimos perdón a Dios por todas aquellas ocasiones en las cuales hemos puesto nuestros afanes, deseos o gustos antes que El.
Pedimos perdón por no hacer tiempo para Dios, olvidándonos de los más importante en la Vida que es El.
Rogamos perdón también a nuestros lectores por dejar de publicar mensajes alentadores, más sin embargo recordamos que somos seres humanos como cualquiera.
Como recomendación final, a partir de ahora, tanto tú como nosotros podemos comenzar a apartar tiempo para Dios. Recobrar esos momentos que hemos desperdiciado por estar cautivados por los placeres seculares.
DIOS, AYUDANOS A HACER TIEMPO PARA TI.
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