DIOS TE BENDIGA

Bienvenido a "http://mensajesyestudiosmmm.blogspot.com", sitio administrado por la Iglesia Cristiana Pentecostés del Movimiento Misionero Mundial en Santa Ana, El Salvador.

Te invitamos a disfrutar lo que este sitio te ofrece: Una relación personal con Dios. ¿Cómo? Solamente pidiendole perdón al Señor Jesús por tus pecados.

Si ya lo hiciste, ¡Felicidades Hermano/a!, pero si no, te invitamos a que tomes hoy la desición de invitar a Jesús a tu corazón y hacerlo Dios, Señor y Salvador de tu vida.

¿Quieres recibir a Jesús? Repite con todo tu corazón y con fé esta sencilla oración: "Señor Jesús, te pido perdón por todos mis pecados. Creo que moriste en la Cruz y que al Tercer día resucitaste. Entra en mi corazón y hazme hoy un hijo/a tuyo. Gracias por salvarme hoy. En Cristo Jesús, mi Salvador. Amén"

miércoles, 9 de junio de 2010

Los 10 Mandamientos para los Hijos

Ser hijo es el destino de todos. Podemos llegar o no a ser padres. Pero hijos lo somos todos sin excepción. Es, pues, la situación de convivencia más frecuente que existe. Y eso quiere decir que es la que mejor hemos de saber resolver.

Las ideas que siguen, que deberías estudiar y hacer tuyas, te ayudarán a desempeñar dignamente ese papel de hijo, el más importante que te cabrá desempeñar en tu vida, después del papel de padre.

1.- AMA A TUS PADRES. Ellos te lo dieron todo de la mejor manera que supieron. Todo. Y, más que nada, te dieron amor.

2.- RESPETA A TUS PADRES. Son los que tú mismo escogiste como tales. Y como tales te acogieron. ¿De qué te puedes quejar?

3.- SÉ AGRADECIDO CON TUS PADRES. Les debes nada menos que la vida, tu don más preciado, y que nunca podrás agradecer bastante. Llevas, además, mucho más de ellos de lo que tú puedes imaginar.

4.- AYUDA A TUS PADRES. Ellos te ayudaron cuando lo necesitabas. A veces con gran sufrimiento, pero siempre con amor y con ilusión. Nunca sabrás las noches en vela, los sobresaltos, los disgustos, los sacrificios, las renuncias y el esfuerzo que supusiste para tus padres. En realidad, sólo lo sabrás cuando, a tu vez, seas padre o madre. Entonces los empezarás a comprender mejor y a querer más. Es natural, pues, que puedan contar con tu ayuda en todos los terrenos y en todos los momentos. Y es natural que se la prestes sin regateos, sin mezquindades y sin excusas cuando la necesiten. Sobre todo, no los abandones porque son viejos. Ellos no lo harían nunca contigo. Nunca. Para dejar de ayudar a los padres, pues, no hay ninguna excusa válida. Ninguna.

5.- DIALOGA CON TUS PADRES. Interésate en sus cosas y hazles partícipes de las tuyas. Ten en cuenta que, aunque tú no lo creas, tu vida es parte de la suya y todo lo que a ti te afecte, bueno o malo, lo sienten ellos como propio. Hazles, pues, partícipes de tu felicidad y disimúlales, en lo que puedas, tu desgracia.

6.- CUENTA CON TUS PADRES. No los dejes al margen de tu vida porque, por ley natural, nunca podrán estarlo. Tú, lo quieras o no, formas parte de ellos y eso te obliga a tenerlos al corriente de tus cosas y, sobre todo, a facilitar y fomentar su contacto y su convivencia, lo más intensa posible, con tus hijos. Los abuelos son los únicos que pueden dotar a tus retoños de unas raíces que los unan a su familia, a su ambiente, a su pueblo y a su historia, cosa que tú, preocupado por su educación y su formación, no harás o harás mal.

7.- IMITA A TUS PADRES. Lo has venido haciendo, sin darte cuenta, toda tu vida. Pero ahora debes hacerlo conscientemente. Estudia cada una de las virtudes, de los hábitos, de las actitudes que tú admires en ellos, y hazlos propios. Te será fácil, porque todos los padres tienen miles de cosas buenas y dignas de admiración.

8.- ESCUCHA A TUS PADRES. Dales posibilidades de ejercer su papel. Aunque ahora parece que no haya de ser así, por ley natural, mientras vivan seguirán siendo tus padres. Y sólo desean tu bien y tu felicidad. No les niegues, pues, la oportunidad de seguir siendo padres, a su manera.

9.- DISCULPA A TUS PADRES. Ellos no son perfectos. Nunca lo fueron ni pretendieron serlo. Y por eso se equivocaron, como tú te equivocas hoy. Pero siempre buscaron y se esforzaron por obtener lo mejor para ti, desde su punto de vista. Su actitud pues, aunque en algo se equivocaran, sólo merece tu disculpa y tu respeto.

10.- COMPRENDE A TUS PADRES. No son como tú, claro. Ni tú eres como ellos. Pero el vínculo que os une trasciende lo terreno para anclarse en el corazón. Su falta de egoísmo para contigo, la ilusión que tu nacimiento y tu infancia y tu juventud les produjo; los sacrificios que por ti hicieron; los sueños que forjaron; el futuro que, en su imperfección, pergeñaron para ti, bien merecen tu comprensión y tu gratitud y tu amor.

Estos diez mandamientos se resumen en uno: AMA A TUS PADRES COMO A TI TE GUSTARÍA QUE, LLEGADO EL CASO, TE AMASEN TUS PROPIOS HIJOS. Pero ámalos sin reservas, como tus padres te amaron a ti. Si lo haces, los harás felices y tú lo serás con ellos.

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