“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; Sino que prosigo...” (Filipenses 3:12)
INTRODUCCIÓN:
Vivimos en una época de fórmulas instantáneas, aplicadas a casi todas las cosas que hacemos, desde comidas a como hacerse rico en tres días. Queremos encontrar la solución a nuestros problemas con solo decir: AHORA!! Hay cristianos que piensan que la madurez espiritual se logra de la misma manera. Pero en verdad se requiere tiempo para poder conformarnos a la imagen de Jesucristo. Este es un proceso que lleva toda una vida. No hay atajos para el hombre de Dios. Esto es lo que Pablo dijo a los Filipenses en 3:12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo...”
1. EDIFICANDO SOBRE CIMIENTOS SÓLIDOS: Todos comenzamos nuestra vida cristiana con una serie de antecedentes y experiencias que influyen en el progreso que logramos en nuestra vida espiritual. Algunos crecen con rapidez porque provienen de un hogar donde hubo buenos ejemplos. Además tomó buenas decisiones en el pasado logrando evadir el deterioro de las drogas, el alcohol y la promiscuidad. En este sentido estas personas son como Timoteo, que sabía las Escrituras desde la niñez, teniendo 2 grandes ejemplos en su vida: Su madre Eunice y su abuela Loida (2 Tim. 1:5). Su respuesta al evangelio y su rápido crecimiento, fue porque contaba una sólida base como para comenzar.
Pablo escribe en 2 Tim. 3:14,15: “Pero tu persiste en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido; y que de la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” Cuando Timoteo se convirtió al cristianismo, Pablo siguió añadiendo a las bases de él, más verdades bíblicas, contenidas en el Nuevo Testamento (2 Tim. 3:16,17): “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para Redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Debido a esto el discípulo creció a pasos agigantados. Para cuando Pablo regresó a Listra después de uno o dos años, Timoteo había madurado lo suficiente en su fe como para acompañarlo en sus viajes (Hch. 16:1-3).
2. PREPARADO PARA TODA BUENA OBRA: Timoteo fue muy afortunado. Tenía convicciones muy firmes basadas en el Antiguo Testamento. Cuando escuchó a Pablo predicar el evangelio, su corazón ya estaba predispuesto y entendió claramente que Jesucristo, el Mesías profetizado, ya había venido. Esto le permitió aceptar a Cristo como su Salvador y Señor. En la actualidad muchos no son tan afortunados al convertirse. No tienen una buena herencia. Es más, algunos no tienen cultura bíblica. Se parecen mas a los efesios y a los otros gentiles del primer siglo (Ef. 2:2). Ahora que son creyentes deben aprender a “despojarse del viejo hombre.” Deben dejar sus viejos patrones para conformarse al nuevo, Pablo lo dice en Romanos 12:1-2 (DHH). “Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer. 2No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto”. En definitiva, los antecedentes que aportamos a nuestra experiencia de conversión, influyen mucho en la rapidez con que crecemos espiritualmente o no.
3. ¿DÓNDE SE ENCUENTRA USTED EN ESTE PROCESO? Aunque alcancemos cierto nivel de madurez, conformar nuestra vida a la imagen de Jesucristo dura toda la vida, y durará hasta que veamos a Cristo cara a cara (1 Co. 13:11-12). Cuando Pablo le escribió a Timoteo, se refirió a un “creyente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:17). Esto hace que nos preguntemos: ¿Cómo podemos reconocer a un hombre de Dios? ¿Cuál es su apariencia? Estas no son preguntas nuevas, también Timoteo se las hacía cuando Pablo lo dejó en Efeso para establecer la iglesia. Timoteo tuvo que vérselas con hombres que querían ser maestros y líderes espirituales. Pablo los felicita diciendo que el que quiere ser líder buena obra desea (1 Tim. 3:1). Sin embargo le previno diciendo que debía asegurarse de que cada uno que quisiera servir en el liderazgo, debía cumplir ciertos requisitos. También Tito tuvo un desafío parecido. Pablo lo dejó en Creta para que estableciera ancianos en cada ciudad (Tit. 1:5). Nuevamente se ven ciertos requisitos o cualidades. Aparentemente Tito afrontó problemas más serios que Timoteo, porque habían surgido hombres que aseguraban ser cristianos pero que “trastornaban casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (Tito 1:10). Tito no solo debía discipular y entrenar, sino “tapar la boca de los habladores de vanidades y engañadores” (Tito 1:10).
4. ES UN PROCESO CONTINUO: Vimos que nuestra herencia espiritual puede influir grandemente en nuestro desarrollo hacia la madurez cristiana; sin embargo sin importar esa herencia, se requiere de tiempo para alcanzar a ser un hombre o mujer de Dios. Aunque alcancemos cierto nivel de madurez, conformar nuestra vida a la imagen de Jesucristo es un proceso continuo que dura toda la vida, hasta que veamos a Cristo cara a cara. Pablo experimentó lo mismo: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido” (1 Corintios 13:11,12)
TITO EN CRETA: Tito tuvo el mismo desafío que Timoteo. Tito 1:5 dice: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé”; también le advierte que los líderes de la Iglesia debían cumplir con ciertas cualidades. Aparentemente Tito enfrentó problemas más graves que los de Timoteo, porque ya habían surgido hombres “que trastornaban casas enteras enseñando por ganancias deshonesta lo que no conviene” (Tito 1:11). La motivación de estos “creyentes” era el dinero. Tito no solo tenía la tarea de descubrir y entrenar hombres para que fueran fieles a Dios, también debía tapar la boca de los “habladores de vanidades y engañadores” (Tito 1:11)
EL PERFIL DE MADUREZ DADO POR PABLO:
Tanto 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-10, nos proporciona el poderoso perfil para probar nuestro nivel de madurez en Cristo. Veamos cuales son:
Irreprensible (que tenga buena reputación).
Marido de una sola mujer (vive en pureza moral).
Sobrio (guarda equilibrio en palabra y acción).
Prudente (sabio y humilde).
Decoroso (da buen ejemplo).
Hospitalario (generoso).
Apto para enseñar (comunica la verdad de Dios en forma sensible y no amenazante).
No dado al vino (no es adicto a ninguna sustancia).
No soberbio (no es dominante ni centrado en sí mismo).
No Iracundo (no da lugar al enojo pecaminoso).
No Pendenciero (no abusa de otros).
Amable (no discutidor, no provoca divisiones).
Apacible (sensible, cariñoso y gentil).
No codicioso de ganancias deshonestas (no es materialista).
Que gobierne bien su casa (es buen esposo y padre).
Que tenga buen testimonio (ante los incrédulos).
Amante de lo bueno (persigue actividades santas).
Justo (sabio, con discernimiento, sin prejuicios).
Santo (devoto, consagrado y recto).
No un neófito (no es recién convertido).
5. PABLO, UN HOMBRE PRÁCTICO: Pablo no enseñaba solo teorías o hermosas palabras, sino algo claro y que DABA RESULTADO CON EL USO!! (Ejemplo de 2 gerentes que usan estas cualidades para seleccionar personal para su empresa sin conocerlas de la Biblia). Esta es la meta de cualquier creyente espiritual, para medir nuestra madurez en Cristo.
6. PERO... YO NO SOY LÍDER!! Tal vez, cuando usted ve las cualidades mencionadas en Timoteo y Tito, piensa en las cualidades que deben tener aquellos que ocupan posiciones pastorales o de enseñanza. En realidad Pablo estaba enseñando el criterio para seleccionar hombres que ocuparían puestos de importancia porque ellos lo estaban deseando. Pero algunos de nosotros tal vez tengamos las cualidades mencionadas y sin embargo no se sentirán llamados a cumplir ese tipo de trabajo. Sin embargo esta lista debe ser la meta de cualquier cristiano. Esto nos permitirá medir nuestro nivel de madurez en Cristo.
7. PENSANDO Y CRECIENDO JUNTOS:
1) ¿Porqué algunos hombres crecen más rápido en su fe cristiana que otros, mientras otros tienen que luchar aparentemente retrocediendo tantos pasos como lo dan hacia adelante?
2) Al observar el perfil de madurez dado por Pablo, ¿cuáles son sus puntos fuertes?
3) ¿En qué aspecto cree que necesita crecer más? ¿Puede identificar el o los factores que se lo están impidiendo?
IMPORTANTE:
Recuerde que Satanás estará observando sus esfuerzos y le murmurará al oído: “Nunca llegarás a ser ese tipo de cristiano, ya has fallado muchas veces, no hay remedio para ti, nunca dejarás de ser un creyente sin conducta pecaminosa.” Cuando él lo haga, recuerde las palabras de Santiago en 4:7-8 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.
Escuche la voz de Dios que le dice: “Te amo sin importar lo que hayas hecho, ni en que etapa de crecimiento te encuentres, ni tus sentimientos. Yo estoy a tu lado. No te he rechazado. Eres mi hijo, puedes llegar a ser un hombre de Dios, aquí estoy para ayudarte.”
Póngase Una Meta
A continuación escriba la meta que le gustaría alcanzar como resultado de este estudio:
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TOMADO DE: www.pazdecristo.org.ar
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