Cierto hombre rico le regaló a un pobre una canasta llena de basura. La idea de este era menospreciar a aquel que recibiría el regalo.
El hombre pobre sin renegar aceptó tan singular obsequio y se fue hacia su casita humilde. Ahí tiró la basura, lavó la canasta y se fué al campo y la llenó con flores de diversos colores.
Ese mismo día regresó a la casa de este hombre rico y le dió la canasta con las flores. El rico al ver esto exclamó:
- ¡Pero esta es la misma canasta que le di llena de basura! ¿Por qué me la ha devuelto así de limpia y llena de flores?
El hombre pobre respondió de esta manera:
- Nosotros damos a otros de lo que hay en nuestros corazones. Usted me dió una canasta sucia y llena de basura, porque de ello está lleno su corazón. En cambio, yo he tratado de dar algo distinto, porque mi corazón ha sido transformado por el Amor de Dios.
Ahora mi hermano o amigo: ¿de qué esta lleno tu corazón? ¿Con cuál de los hombres te identificas tu? Si crees que tu corazón es como el del rico, sería mejor que arreglaras tus cuentas. Hay cosas en tu corazón que están mal, sería bueno que enmendaras tu camino, porque un corazón sucio NO entrará en el Cielo.
En cambio, si tu corazón es como el del pobre, que bueno, pero no te descuides, porque si dejas que se ensucie, tampoco entrarás en el Cielo. Debes de limpiar aún más tu corazón, no dudes que es posible, si tienes deseo de ser limpio, puedes serlo aún más.
¿Qué ensucia tu corazón? Limpialo hoy con la Sangre de Cristo.
El hombre pobre sin renegar aceptó tan singular obsequio y se fue hacia su casita humilde. Ahí tiró la basura, lavó la canasta y se fué al campo y la llenó con flores de diversos colores.
Ese mismo día regresó a la casa de este hombre rico y le dió la canasta con las flores. El rico al ver esto exclamó:
- ¡Pero esta es la misma canasta que le di llena de basura! ¿Por qué me la ha devuelto así de limpia y llena de flores?
El hombre pobre respondió de esta manera:
- Nosotros damos a otros de lo que hay en nuestros corazones. Usted me dió una canasta sucia y llena de basura, porque de ello está lleno su corazón. En cambio, yo he tratado de dar algo distinto, porque mi corazón ha sido transformado por el Amor de Dios.
Ahora mi hermano o amigo: ¿de qué esta lleno tu corazón? ¿Con cuál de los hombres te identificas tu? Si crees que tu corazón es como el del rico, sería mejor que arreglaras tus cuentas. Hay cosas en tu corazón que están mal, sería bueno que enmendaras tu camino, porque un corazón sucio NO entrará en el Cielo.
En cambio, si tu corazón es como el del pobre, que bueno, pero no te descuides, porque si dejas que se ensucie, tampoco entrarás en el Cielo. Debes de limpiar aún más tu corazón, no dudes que es posible, si tienes deseo de ser limpio, puedes serlo aún más.
¿Qué ensucia tu corazón? Limpialo hoy con la Sangre de Cristo.
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